lunes, 19 de mayo de 2014

Oblivion

Esta extraña sensación, estos latidos, este cuerpo que ya desconozco.
Estos brazos que ya no me pertenecen, esas caricias que me deshacen y me pierden en tu piel.
Sentirte dentro de mi, perderme en tu inmensidad. Ver como se dibuja tu sonrisa, sobre la noche, con la luna de testigo de nuestro amor, en esa habitación, en ese cuarto, sobre nuestra cama, como vuelan las horas, como van muriendo, como se van desvaneciendo en la oscuridad.

Ese momento en el que quedamos extasiados, que nos besamos, que nos perdemos el uno dentro del otro.
Que cada noche que pasa, no puedo dejar de verte, que anhelo tus caricias, tu piel, tu voz, todo de ti.

Las frías noches en la ciudad, el pavimento húmedo en las calles de la enorme urbe, como hacen que pese la noche, como este cansancio hace que mayugue el no tenerte.

Como el otoño llega y se queda en mi corazón, no quiero nada que no me sepa a ti, al recuerdo de tus dulces labios de miel, a la nitidez con la que la intensidad de tu alma se manifiesta en tus pupilas.

Tómame, no me dejes ir, que mi alma cambiante tiene miedo, de seguir, de sufrir.
Quédate conmigo, quedamente permanece.  



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